«Hay que ser ágiles, sí, pero sobre todo prudentes» – Guillermo Solano Carranza, Pacifico Business School

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Luego de un 2020 atípico, donde la cambiante realidad desfasó todo lo planeado, el desafío de planificar las estrategias que regirán los negocios para el 2021 exige, sobre todo, un adecuado diagnóstico y mucha prudencia. Así lo estima Guillermo Solano Carranza, profesor de dirección estratégica en Pacific Business School y socio fundador de Gobierno & Dirección, una consultora especializada en proyectos de planeamiento estratégico. 

El 2020 fue un año atípico. En su opinión, ¿estábamos preparados para un escenario tan fuera de lo normal? 

La pandemia agarró muy mal paradas a la gran mayoría de compañías. Han sido muy pocas las que estaban listas, digitalizadas. Todos hablaban sobre IA, Big Data y ML pero a la hora de hacer sus presupuestos, contratar personal y definir las infraestructuras, lo postergaban y seguían con mecanismos de trabajo tradicionales. Entonces la respuesta es, lamentablemente no solo en el Perú, que la gran mayoría no ha estado preparada ni alineados con las necesidades que genera una Transformación Digital (TD).

¿Qué pasará el próximo año?

Nos estamos proyectando con dos o tres escenarios, uno optimista, otro intermedio y otro pesimista. Lo de siempre. Un poco mejor que el 2020, considerando que ya a fines de año varios sectores han reflotado. Pero si no tenemos un Gobierno responsable, de tendencia comunista, podríamos tener un riesgo mayor.

¿Se conservarán los cambios experimentados este 2020?   

En todos estos escenarios, varios coinciden en decir que ya no volverán a las oficinas. Trabajar desde casa ha significado ahorros a la gran mayoría de empresas y eso mejoró los márgenes. Por ejemplo, muchas reuniones de coordinación y ventas que antes se hacían en hoteles, hoy se hacen desde casa. El próximo año hay un escenario todavía incierto, pero considerando todos los escenarios, muchas nuevas costumbres se van a mantener. En la universidad vamos a trabajar de manera remota. La TD es una agenda que hay que seguir porque no hay marcha atrás. Se dará un proceso de consolidación de la forma de trabajar y hacer negocios. 

Este 2021, además de ser un año electoral, se asoma el fantasma de la segunda ola, el retraso en la vacuna… ¿Qué es lo más aconsejable en ese escenario? 

Los niveles de confianza se han recuperado. Tenemos una reactivación. Y sí, hay que ser ágiles, pero sobre todo prudentes. Mi consejo es la prudencia. Es la virtud más grande. Además, ser muy austeros. Cuidar el dinero con responsabilidad y ser austero al invertir. Los recursos dedicarlos a desarrollar nuevas formas de trabajo. Ahorrar. Reinventarse. Si nos vuelven a encerrar un mes, como en Europa, tendremos una situación complicada. Entonces volverán los sueldos solidaros [recortes] que son preferibles a los despidos. Tocará actuar con responsabilidad. Y en ese sentido no es recomendable volver a las oficinas físicas. 

Con la pandemia muchas empresas se vieron obligadas a ejecutar toda la TD prevista para dos años en dos meses. ¿Cuál será el siguiente paso el 2021? ¿Qué pasará con una segunda ola?

Cuando las condiciones cambian, la empresa tiene que adaptarse. De manera específica cada área de las empresas va a tener que replantear sus estrategias según las circunstancias que se presenten. Las necesidades son distintas y las estrategias y propuestas de valor de las empresas tanto para sus empleados como para sus clientes tienen que ser diferentes. 

¿Y cómo ser innovadores en medio de este tipo de crisis? 

Los principios son los de siempre. Los directivos tienen que ser conscientes de que las ideas vienen de cualquier lugar de la organización. Para innovar se necesita la apertura de los lideres para escuchar estas ideas alocadas que vienen de otras áreas y armar pequeños pilotos. Se necesitan ejecutivos jóvenes – y no tan jóvenes – atrevidos en el buen sentido de la palabra. Que vayan y propongan. Como es un año de incertidumbre no puedes hacer grandes inversiones, pero sí a pequeña escala. Toca reinventarse.

Se habla mucho de agilidad y flexibilidad, ¿eso es suficiente?

Desde hace tiempo hay sectores y empresas que si tú no te preocupas por ser ágil, estas muerto, porque las condiciones de la competencia son muy intensas. Si no vas a la misma velocidad no eres competitivo. Pero hay otros sectores, como energía o minería, que manejan otros ritmos. No se trata siempre de correr, sino de evolucionar siguiendo un proceso planificado acorde al mercado y a tus propias reglas. Hay que ser agiles y estar dispuestos a adaptarnos, pero sin dejar de ser ordenados y prudentes. Vivimos con más velocidad y turbulencia, pero nada de eso reemplaza saber leer tu sector para aplicar lo que te conviene. Ser prudentes.

¿Es importante tener procesos automatizados de cara al 2021?

Es muy importante la automatización. Cuando veo [auditoras] a las empresas peruanas muchas veces encuentro un desastre: reportes que no están al día porque no cuentan con recursos o procesos automatizados. Ya existen una serie de herramientas analíticas e inteligentes, pero hay gerencias que aún no invierten en tecnología y toman decisiones parchadas. Ahora tienen una oportunidad de hacerlo porque los precios son mucho más democráticos. Antes podía ser complicado y caro. Ahora ya no. Es importante, como una de las patitas de la TD.

¿Podría resumir en cuatro o cinco reglas los pilares de la planeación estratégica idónea para el 2021?

Lo primero es saber diagnosticar. Uno agradece cuando un médico te diagnostica en forma certera. No a todos les duele de la misma manera. Es importante el análisis. Se habla de creatividad, pero tienes que entender cómo te afecta en tu entorno y hacer un adecuado diagnóstico. Lo segundo es ser participativo y recoger las ideas de los colaboradores y los clientes. Estar abierto y ser participativo para que la creatividad entre y se adecúe al diagnóstico. Una vez definido tu desafío, ves cómo lo resuelves. Y hacer una hoja de ruta. Aun cuando mañana todo pueda cambiar, hay que tener un plan. Y tener agilidad como organización para decidir y adecuarse a la hoja de ruta y a los cambios que encontremos en el camino. 


Al hacer planeación, lo primero es diagnosticar. Luego viene la participación con clientes y colaboradores. Tercero: definir la hoja de ruta. Cuarto: Agilidad. Y finalmente, consistencia y responsabilidad

Guillermo Solano Carranza

Es director académico de Programas Corporativos de la Escuela de Postrado de Pacifico Business School. Además, es socio fundador de Gobierno & Dirección, consultora especializada en proyectos de planeamiento estratégico. Reconocido como líder de variedad de proyectos de consultoría de estrategia, transformación empresarial, gobierno corporativo y protocolos familiares

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