La tendencia es usar nubes híbridas y con varios fabricantes integrados

La adopción de cloud avanzó a paso acelerado, sobre todo en forma híbrida, es decir combinando nubes públicas y privadas en una misma organización.
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Con la pandemia, en los últimos dos años las empresas de la región han elevado más de lo previsto su adopción de soluciones cloud y esta categoría se mantendrá dinámica hasta el próximo año. Según IDC, el cloud computing en América Latina crecerá un 22,4% anual el 2023.   

El cloud computing avanzó a paso acelerado en todo el mundo durante los dos últimos años, sobre todo en forma híbrida, es decir combinando nubes públicas y privadas en una misma organización. Ese crecimiento fue muy intenso en el 2020 y en el 2021 no decayó pese a la reactivación de muchas actividades, sino que continuó creciendo. Por ejemplo, en el tercer trimestre del 2021 se registró 39% de alza frente al mismo periodo del 2020 y, según los analistas de Synergy Research Group, los cinco más grandes fabricantes abarcaron el 80% del mercado.  

En el cuarto trimestre del 2021, si bien la región Asia Pacífico fue la que más creció (59,5%), el resto de regiones se mantuvo dinámico, según el último reporte de IDC, y seguirá creciendo en la mayoría de los países. A largo plazo, IDC espera que el gasto en infraestructura de computación y almacenamiento en la nube crezca 12,6% anual entre 2021-2026, alcanzando los US$ 133 700 millones en el 2026.   

La infraestructura de nube compartida, indicaron, representará el 72% de la cantidad total de cloud, creciendo a un ritmo anual del 13,4%. El gasto en infraestructura de nube dedicada crecerá a una tasa compuesta anual del 10,7%. El gasto en infraestructura que no está en cloud quedará a una tasa compuesta anual del 0,5%, alcanzando los US$ 61 200 millones en el 2026.   

Los reportes de la prensa internacional estiman que el 32% de los presupuestos de las  organizaciones se destinarán al cloud y eso permitirá que las ventas de este segmento crezcan 32% interanual este año. Según IDC, para este año se calcula que más de 90% de las grandes empresas del mundo dependerá de una mezcla de nubes privadas, on premise, diferentes nubes públicas y plataformas legacy para funcionar. 

Desde Red Hat se calcula que el 30% de las empresas usan una estrategia híbrida y un 13%, una multicloud. Para el 2021, el 3% de los encuestados a nivel global usaban solo una nube privada o pública en 2021, una cifra que ascendía al 29% antes de la pandemia, según datos proporcionados por IBM a Computing.es, quienes también detallaron que Telefónica “ha decidido apostar por una arquitectura híbrida multicloud para alojar sus aplicaciones de negocio, y ha anunciado el despliegue de una nueva plataforma desarrollada sobre Red Hat OpenShift y tecnología de nube híbrida de IBM”.  

Alianzas de Red Hat

Desde hace más de cuatro años, Red Hat tiene una alianza con Microsoft para atender juntos el mercado. Lo que diez años atrás parecía imposible, una alianza entre los detractores y defensores del código abierto, hoy es lo más común del mundo. La tendencia es acudir a más de un proveedor y tener distintas formas de aproximarse a la nube.  

Raúl Guerrero y Rogelio libra, arquitectos de la empresa Microsoft, señalaron en un reciente conversatorio organizado por Red Hat, que este entendimiento entre ambas marcas permite sacar mayor provecho a la agilidad que ofrece la nube sin desligar a la empresa de sus proveedores tradicionales. Microsoft pone Azure y Red Hat su OpenShift y juntos ofrecen ARO (The Microsoft Azure on Red Hat OpenShift).   

Los arquitectos comentaron que se puede aplicar en periodo muy corto de tiempo, tanto si el cliente opta por la infraestructura in house, con una infraestructura híbrida o multicloud, como si se trabaja todo como servicio en la nube. Lo importante es que se vaya haciendo la migración al cloud desde la realidad que ya conoce, de a pocos.  

Quienes optan por ARO, añadieron, tienen un despliegue muy rápido, que le permite al cliente ir subiendo libremente aplicaciones propias, o de terceros, de forma ágil y robusta. “Es muy flexible, escalable y customizable, porque se adapta a otras nubes”, resaltaron.     

ARO es un OpenShift funcionando en Azure, aclararon. De cara al cliente es lo mismo que ya tenía, pero con una integración automatizada que toma menos de una hora ponerlo a funcionar. Usa un modelo de virtualización, con capacidades específicas asignadas para tareas puntuales. Ambos fabricantes dan la asesoría y mantenimiento necesario, pero el administrador de la nube no tiene que hacer configuraciones aparte porque los fabricantes le dan todo integrado.  

Desde Red Hat han informado que sus servidores remotos soportan toda el alza de demanda que hay de cloud en el mundo y ofrecen sus soluciones adaptables a las diferentes nubes que posea el cliente. Señalaron que permiten construir aplicaciones propias o alquilar las ya existentes, cobrando un pago solo por el servicio brindado. Están agrandando su ecosistema, y por eso, además de su alianza con Microsoft, tiene otra con IBM Cloud y desde hace un año están también con AWS.   

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