Perú: País de rompemuelles

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Columnista invitada: Pamela Antonioli De Rutté, Gerente en Hub de Innovación Minera del Perú. Biotecnóloga con experiencia en formulación y desarrollo de proyectos de I+D+i y en gestión pública y privada relacionada a innovación.


Una de las cosas que mi papá nos decía cuando mi hermano y yo éramos chicos es “entre hacer las cosas bien o malhechas escoge lo primero porque hacerlas mal te costará el doble”. Lo interesante es que esta no es una frase que usara en contextos de decisiones éticas o morales, donde alguien pudiera salir perjudicado, sino en contextos de quehaceres cotidianos. Así, por ejemplo, cuando se tenía que limpiar algo, usar el trapo sucio a la mano no iba a funcionar y uno terminaría con un mayor embarre por limpiar en lugar de buscar el trapo limpio que desde el inicio estuvo más lejos, pero te hubiera permitido limpiar mejor y más rápido.

Si extrapolamos eso a nivel país, lamentablemente lo que se observa es que la decisión no es de hacer las cosas bien. Para hacer las cosas bien se necesita entender el problema y atacar las causas. Muy por el contrario, lo que vemos es que se busca impedir las consecuencias con mecanismos aparentemente más sencillos pero que no solucionan el problema de raíz y generan colaterales.

La medida que mejor explica el tema es la aparición, a diestra y siniestra, de rompemuelles. Los rompemuelles se crearon para asegurar la disminución de la velocidad en zonas como hospitales o colegios, pero tienen medidas reglamentarias para que sean un amortiguador sin generar daños en el vehículo en caso se pase por alto la señal que los anuncia, porque si, deberían acompañarse de una señal de tránsito ubicada algunos metros antes. En el Perú se colocan rompemuelles con el objetivo de que no se produzcan choques en los cruces dado que muchos conductores se pasan el alto o para evitar que corran en zonas altamente transitadas. El problema de fondo es que los peruanos (en su mayoría) no respetan las reglas de tránsito, sin embargo, en lugar de trabajar en retirar de las pistas a los malos conductores y asegurar que los brevetes de entreguen a personas idóneas, se opta por mitigar las consecuencias con medidas incluso antireglamentarias en diversas modalidades: rompemuelles en ambas calles que cruzan, rompemuelle en la preferencial versus señal de pare en la no preferencial, rompemuelles a modo de murallas, rompemuelles levantados por la población ante la ausencia de gobierno local, etc.

En última instancia, de considerar este tipo de medidas “rompemuelle” solo debiera hacerse de manera transitoria y a corto plazo, (…) y nunca como solución definitiva.

Un par de ejemplos adicionales sobre las medidas “rompemuelle”:

  1. La no re elección de congresistas que prefiere etiquetar a todos los congresistas como malos porque resulta muy difícil que votemos bien. El problema de raíz es la oferta de partidos políticos sin bases y la consecuencia de la medida es perder la permanencia de congresistas buenos que pudieran hacer carrera pública con respaldo popular.
  2. La reciente propuesta electoral de distribución directa del canon que prefiere que chorree aunque sea algo a los pobladores, justificadamente inconformes. El problema de raíz es la corrupción e ineficiencia de gasto público y la consecuencia de la medida es perder la capacidad de hacer grandes inversiones para la comunidad en su conjunto.

En última instancia, de considerar este tipo de medidas “rompemuelle” solo debiera hacerse de manera transitoria y a corto plazo, en el marco de un plan que trabaje el origen del problema a mediano y/o largo plazo, y nunca como solución definitiva. La razón de esto es que las medidas de este tipo, además de no solucionar el problema de fondo, terminan afectando a las personas que no son parte del problema… el clásico “justos pagan por pecadores”.

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