Se realizó taller en Colegio La Salle de Lima para que adolescentes aprendan a usar redes con responsabilidad

Como parte del esfuerzo por educar en el uso de herramientas digitales, Erick Iriarte advirtió a estudiantes de 5to de secundaria del colegio La Salle de Lima sobre la importancia de cuidar sus datos personales cuando acceden a Internet.
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Como parte del esfuerzo por educar en el uso de herramientas digitales, Erick Iriarte dictó un taller a estudiantes de 5to de secundaria del colegio La Salle de Lima, donde advirtió sobre la importancia de cuidar sus datos personales cuando acceden a Internet.

Las nuevas generaciones enfrentan, gracias a la popularización del uso de internet, una serie de desafíos que no enfrentaron sus padres, a lo que se suma una forma de interacción social impuesta por las medidas de prevención del contagio de la Covid-19. Esto obliga a los jóvenes a tomar mayor consciencia sobre los riesgos a los que se exponen, para prevenir situaciones lamentables que pueden afectarlos a ellos y a sus padres.  

Así lo expuso Erick Iriarte, CEO de eBIZ, durante su charla sobre el uso de las redes sociales para los alumnos de 5to de secundaria del colegio La Salle de Lima, realizada el pasado viernes 24 de junio. El objetivo del conversatorio fue crear consciencia sobre los riesgos que enfrentan los adolescentes al usar las redes sociales, buscando que sepan cómo proteger sus datos al interactuar en ellas.

Iriarte les advirtió que, como menores de edad, son sus padres los que asumen las consecuencias legales de sus acciones en las redes y pueden terminar en prisión si sus hijos cometen algún delito. Sin embargo, aclaró que desde los 16 años los jóvenes ya tienen una responsabilidad social de sus actos en línea y pueden sufrir las consecuencias de acciones imprudentes o delictivas.  

“La responsabilidad recae en ustedes mismos, necesitan aprender a protegerse”

“Nada se borra”, alertó tras explicarles que cuando se comparte una imagen en un grupo de WhatsApp, aunque la borres rápidamente, algún miembro del grupo pudo descargarla en su teléfono y quedará ahí almacenada. Además, aclaró, las comunicaciones están cifradas en el punto de entrega y de emisión, pero no lo están mientras circulan o se trasladan por la internet, que está compuesto de miles de servidores en donde un tercero pudo acceder a una copia.  

Una imagen con contenido sexual puede terminar en un portal de pedófilos, explicó, y los padres serían los responsables ante la ley de la circulación de ese material. Ya ha ocurrido que imágenes de bebés. compartidas sin mala intención en las redes, terminan en estos portales y al momento de hacer el rastreo de la imagen la policía encontrará al emisor de las mismas: los padres o hermanos.

Cada imagen, agregó, va dejando un rastro porque tiene metadatos incluidos en ella. La policía puede saber quién tomó la foto y quien la compartió por los códigos de geolocalización del dispositivo que quedan grabados en las imágenes, incluso cuando el creador o receptor las borra de su teléfono.  

Si alguien violó a una menor o tomó imágenes pornográficas y luego las compartió es posible ubicarlo, enfatizó. La responsabilidad es distinta – no es lo mismo crearla que recibirla – pero implicará no solo faltas morales sino también legales, tanto por tener pornografía como por invasión o vulneración de la privacidad al difundirlas en la red de contactos comunes.    

Los adolescentes, como usuarios de internet, deben desarrollar un mayor sentido de responsabilidad en el uso de la mensajería, el almacenamiento de la información en nubes públicas y los comentarios o imágenes que comparten en las redes sociales, remarcó Iriarte. Deben leer las condiciones que aceptan al inscribirse en redes o descargarse aplicaciones, pensar antes de compartir algo en las consecuencias que esto tendrá y guardar celosamente la privacidad de sus datos.        

“Cuando alguien te pide datos, ya sea una aplicación o el software preinstalado de un equipo, hay que saber a quién se la damos. Estas firmando un contrato con consecuencias legales. Hay cláusula que aceptas sobre el uso de tus datos personales. No es común fijarse en eso: ese es el problema”, remarcó.  

Los riesgos son altos incluso cuando no se cometen delitos, pero se comparte información privada que los delincuentes pueden aprovechar. Por ejemplo, comentó, publicar en Facebook que se van dos semanas de vacaciones a la playa o al campo y se está dejando la casa de la ciudad vacía. Al poner las fotos en las redes de acceso público, como Instagram, o no controlar la identidad de todos los seguidores que se poseen, se deja a los delincuentes la posibilidad de identificar la vivienda e ir a robar. Es algo que sucede, dijo, pero se puede prevenir cuidando la privacidad de la data que se publica. “La responsabilidad recae en ustedes mismos, necesitan aprender a protegerse”, remarcó.

Esta información clave para adolescentes, lamentablemente no está siendo enseñada en los espacios y con la regularidad que se requiere. De allí la importancia de generar espacios como éste, indicó Iriarte, en los que suplir esta carencia y alcanzarles estas herramientas, que también son parte de la alfabetización digital para alcanzar el Perú Digital que queremos.

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