«Seguimos siendo una de las mejores economías de América»- José Olivares Canchari, economista

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Esta semana se conoce el balance del crecimiento del PBI durante el 2020 y se tendrá la foto oficial del impacto de la primera etapa de la pandemia originada por la covid-19, lo que permitirá hacer un mejor pronóstico de los efectos que tendrá esta segunda ola. En esta entrevista el economista de la Universidad del Pacífico José Olivares Canchari, actual miembro del directorio del Banco de la Nación y ex director general del Tesoro Público del MEF, nos brinda sus perspectivas personales sobre lo que pasó y lo que estima pasará.  

¿Cuál es su mirada sobre el impacto económico de la pandemia en el 2020? 

Si no se hubiera dado la pandemia – estamos en un plano hipotético – el 2020 hubiera sido un gran año para el Perú. En enero y febrero comenzamos marcando récord de inversión pública y se estimaba que íbamos a crecer mucho más. El endeudamiento iba a ser mínimo. Pero de pronto vino la covid-19. Hasta marzo muchos pensaban que iba a salir una vacuna rápido. Pero la realidad mostro otra figura totalmente diferente. Se afectó la economía y vimos consecuencias en muchos sectores (turismo, restaurantes, etc.). Se cayó el crecimiento del PBI, nos endeudamos, creció el déficit fiscal… 

¿Cuándo se revisaron – a la baja – las cifras y proyecciones anuales? 

En agosto o setiembre las proyecciones de diversos analistas eran de una caída del crecimiento del PBI en hasta 15%. Luego fueron quedando en –12%. Al final fue mejor de lo esperado. La caída, sale esta quincena la cifra oficial, bordea el 11,6%. El déficit también va a ser mucho menor al esperado, cercano al 9%, no un 20%. Igual la deuda. El rebote se dio cuando se fueron abriendo las actividades de la fase cuatro y mejoró con el alza en el precio de las materias primas exportadas [el cobre]. El panorama no fue nada bueno: ha sido una de las peores caídas de la historia del Perú de los últimos años.   

¿Qué implicó para el MEF esta nueva realidad?  

En el MEF tuviéramos que armar un plan económico bastante robusto y ambicioso. Probablemente fue uno de los paquetes más grandes a nivel mundial. Casi 20% del PBI destinado a ello. Hablamos de 11% en programa de garantías, dentro del cual resaltaba Reactiva. También hubo medidas de liberación de ahorros, libre disponibilidad de CTS, el tema de las AFP… Las garantías que dio el gobierno para Reactiva son fuertes, se trató del 11% del PBI. Es una garantía al Banco Central para que de liquidez a las instituciones del sistema financiero y así ellas coloquen préstamos a las empresas. Eso impidió que se rompa la cadena de pago. Este programa fue copiado luego por muchos países del mundo.   

Un lujo que nos pudimos dar cuando teníamos ahorros. ¿Cuándo se rompe ese equilibrio y salimos fuera de control? 

En el MEF se tenía un fondo de estabilización fiscal para usarse en momentos de emergencia. Normalmente es para terremotos o el Fenómeno del Niño, pero este covid-19 no estaba previsto. Ese fondo no se ha usado del todo. Cuando hablamos del 20% del PBI, no todo es dinero que sale de una bóveda. Ese 11% no es dinero, es una garantía, un préstamo que será devuelto. No hemos gastado el 20% del PBI. La liberación de CTS no es gasto del Gobierno, es dinero que ya está en los bancos. Los bonos para dar a la población eso sí son gasto público. Y la colocación de bonos en el exterior a 40 y 100 años nos permite estar tranquilos este año, mientras que el resto de Sudamérica ha tenido que salir a fondearse las primeras semanas de enero. Nuestros indicadores no son tan negativos: hay liquidez. Prueba de ello es que no nos han bajado la nota las calificadoras de riesgo, como sí sucede en otros países de la región. Y si hacemos un balance de deuda, Chile está casi al mismo nivel que nosotros, casi iguales.   

¿Mantenemos fuerza fiscal? 

Sí, el Perú tiene fortaleza fiscal. No ha usado toda su reserva. Seguimos siendo una de las mejores economías de América. No se ha perdido ni se va a perder eso. Colombia estaba igual que nosotros, pero ahora está a punto de perder su grado de inversión. Los reportes de las calificadoras de riesgo, aun cuando todo saliera mal con la covid-19 y se mantienen las propuestas populistas, se mantienen.

Tendrían que ser cuatro o cinco años de esos problemas para perder grado de inversión. Cada vez que salimos a mercados internacionales marcamos récords.

 Pese a haber tenido tres presidentes en dos semanas. Lo que pasa con Perú es asombroso, sigue sobresaliendo. Pese a la segunda ola – y el populismo del Congreso – tendremos este año un rebote importante. Creceremos más que el resto de Latinoamérica.  

¿Y no se sentirán fuertes efectos de esta paralización comercial incluida en esta cuarentena versión 2.0? ¿No cambian las previsiones de crecimiento para el 2021? 

No es una cuarentena como la pasada. El peso de las actividades básicas de la economía en operación es bastante fuerte. No se ha cerrado minería, infraestructura, ni construcción. Yo la llamaría “cuarentena 2,4”. Por ejemplo, los restaurantes pueden seguir funcionando, pero con delivery. Antes no había delivery. Fueron tres meses de encierro total. La ropa de saga se apolillaba. Esta vez tendrá un impacto, pero no tan significativo. En lugar de crecer nueve puntos quizas crecerá 8,5%, porque estamos en rebote. Lo mismo en Chile: ya no crecerá 4% sino solo 3,5%.     

¿No teme que se afecte la recuperación del dinero prestado con el Estado como garante? 

Hay que ir con cuidado, pero estamos en el plano especulativo. Podría darse un refinanciamiento, cuidando los indicadores fiscales. Las empresas grandes que están funcionando se adaptan rápidamente. Hay que ir cuidando el desempeño de las mypes. El presupuesto es menor, recordemos que la recaudación es menor. 

Antes éramos los niños buenos del barrio, sin déficit. El 2021 empezamos diferente, con más deuda…  

A veces uno ve los indicadores de Perú y piensa: estamos deteriorados. Pero si lo comparas con sus pares regionales vemos que el problema del país es bastante menor. Y si miras Europa vez que se endeudan por encima del 70% del PBI. Acá, cuando la pandemia no comenzaba, teníamos 25%.   

Europa o China tienen otra política de gasto y son economías mucho más grandes, resisten mejor. Nosotros somos mucho más pequeños. ¿Hasta qué punto nos afectará la pandemia este año?  

No somos una economía chiquita a nivel Latinoamérica. Somos un país emergente, como Colombia. Pero ellos tienen una deuda del orden del 60% del PBI. Nosotros estamos lejos de eso con nuestros indicadores macroeconómicos gracias a la política fiscal aplicada. Por esa razón los inversionistas piden Perú. Somos referencia de capitales en los mercados internacionales. En la región sobresalen Chile y Perú.  

¿Y cuál puede ser el impacto del resultado de las elecciones? ¿Qué pasa si gana el populismo?  

No nos conviene que alguien intente cambiar la Constitución que nos ha permitido lograr el crecimiento económico de los últimos 30 años. Hay fallas en la distribución de la riqueza. Pero no es por el modelo económico, es por las políticas públicas y la corrupción.  

¿Qué pasara si siguen las políticas populistas o tenemos un Gobierno inestable – sin mayoría en Congreso – durante los próximos cinco años? Entre el 2012 y el 2016 se ha observado una tendencia a producir mayores normas populistas… 

Algunas cosas me preocupan mucho y otras no tanto. Hay riesgos internos y externos. Por ejemplo: las presiones políticas comerciales entre países tienen impacto en la economía peruana. China se ha recuperado, pero si le pasa algo a ella nos afecta a nosotros. El Perú se está haciendo inmune a temas políticos para los inversionistas. Creo que ven que en Chile y Perú las instituciones son sólidas y no nos permitiremos ser como Venezuela. Además, las medidas populistas del Congreso se topan con el Tribunal Constitucional, que las frena. Las instituciones sólidas son los puntales de la economía. Son la inmunidad de la economía peruana. Nos afecta el ruido político, pero lo importante es no cambiar el modelo económico.  Pero eso no significa que bajemos la guardia o nos confiemos. Ahora toca abocarse a luchar contra la pandemia, vacunar a la población, desplegar políticas públicas adecuadas, mantener la economía activa y cuidar a las instituciones que nos dan estabilidad.  

¿Qué nos recomienda para este 2021? 

Ver esa agenda de políticas pendiente. Identificar cuáles son los retos en materia económica en este año. En cuanto a Política económica tiene que haber la consolidación de los indicadores macro fiscales y fortalecer las finanzas públicas. Eso en primer lugar. No endeudarme ni gastar más de lo debido. Optimizar el uso de los recursos públicos. Eso es muy importante. Y luego están las políticas sectoriales: comercio exterior, empleo, vivienda, industria. Y tratar de implementar las reformas del plan de competitividad para impulsar y generar resultados. No todas son para este año. Algunas este son a mediano y largo plazo.  

¿Y en cuanto a la digitalización? 

Hay que cerrar muchas brechas estructurales. No solo está la informalidad de la economía o la necesidad de bancarización, sino también la digitalización.

El tema pasa por agilizar las instituciones públicas que siguen dependiendo de la firma física. Lamentablemente muy pocas están digitalizadas. Es un tema que no puede esperar.

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