“Tenemos que empezar a perder el miedo a la tecnología que ofrece transparencia” -Eduardo Herrera, CPA

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Este año se ha firmado un acuerdo Gobierno a Gobierno con el Reino Unido, a través del cual el Estado peruano contrata a otro Estado para que se encargue de contratar proveedores para montar obras públicas o contratar servicios según sus estándares regulatorios y de trasparencia. En la siguiente entrevista Eduardo Herrera, director ejecutivo del Consejo Privado Anticorrupción (CPA), nos explica cómo puede esto ayudarnos a mejorar en transparencia y reflexiona sobre los grandes retos que tiene el país en la lucha contra la corrupción. 

¿Considera que los acuerdos Gobierno a Gobierno ayudan en la lucha contra la corrupción?

Es una ayuda parcial que nos permite ver cómo se puede hacer una buena contratación pública. No va al tema de fondo, no nos saca del problema, pero nos ayuda a darle agilidad a una obra pública. Es algo momentáneo.

¿Cuál considera que sería la mejor forma de sacarle provecho?

Aprender. La regla en los gobiernos exitosos es tener una contratación simple. Y esto está ligado a un asunto muy de fondo. Acá nos encantan las normas engorrosas. Ellos no: tienen reglas claras que se pueden cumplir. Hay que aprender de su simplificación.

Ellos no firman tantas adendas a los contratos, por ejemplo…

Acá nos encanta generar papeles, normas, en fin. Eso no ayuda. La adenda es una muestra más de eso. Es una cultura de generar más y más normas y no necesariamente eso es lo correcto.

¿Qué nos falta acá?

En principio tenemos una Ley de Contrataciones del Estado que ha tenido muchos cambios. Y eso no genera una vocación de transparencia. Necesitamos generar una dinámica de concurso transparente, en tiempo real. Yo creo que podemos aprender mucho observando lo que hay en la empresa privada. Hay mucho oscurantismo, mucho secretismo con procesos engorrosos. Al final del día, más que una ley se tiene que poner mecanismos de transparencia y real competencia entre proveedores. Y lo segundo que hay que tener en cuenta que la Contraloría no es el órgano anticorrupción.

¿Cuál es el rol de la Contraloría?

La contraloría ve aspectos de control interno e incumplimiento de procedimientos que no es lo mismo que detectar la corrupción. Eso no lo determina un auditor solamente. Hay que ver al contador, el economista, preparar un juicio. No he visto ningún caso de la contraloría que haya terminado en una condena. Usualmente los informes se preparan para satisfacer un requerimiento administrativo, pero no termina con la sanción judicial del funcionario público.

Tenemos que empezar por perder el miedo a esa tecnología que ofrece transparencia.

A veces los funcionarios se jactan de decir contraloría los está revisando y eso es garantía de tener un proceso limpio…

Es correcto. Pensamos que la contraloría es el órgano contra la corrupción. Y no lo es. Ahí están las pruebas. Dime un caso en que ha tenido éxito ex ante, generalmente es ex post. Lo segundo es que se genera una parálisis porque, al no tener la contraloría un equilibrio, hace que muchos funcionarios no firmen nada. Eso es lo que está pasando el día de hoy.

¿Cómo se puede lograr esa Transparencia?

La forma de contribuir a la reducción de la corrupción es teniendo alguien que se dedique 24×7 a esto. Además, entender que la corrupción no es el problema, es el síntoma del problema. Y la muestra está en lo que está pasando en la policía. El presidente ha dicho vamos a sentar las bases para una reforma y lo primero que ha hecho es supervisar las compras con un civil externo, pero no hay una estrategia de abordaje y ya se han presentado algunas renuncias. Lo que tiene que pasar es que alguien tiene que ver el fondo. ¿Cuál es el problema de la policía? No es la corrupción. Es que hay un mal funcionamiento interno. El problema es la mala organización, no saber hacer uso adecuado de los recursos. Etc.

Si la corrupción es un síntoma, ¿cuál es la enfermedad?

Depende de cada institución. La corrupción no es el problema. Tengo un personal ineficiente, pocos recursos y de esa situación de ineficiencia se genera la corrupción. Hay que ir a la causa, a la raíz. En las municipalidades el problema es el mal manejo del poder y la forma como están diseñadas. En el caso de la contratación, ¿cuál es el problema? La empresa grande ha huido de la contratación pública y ha dejado la contratación en manos de pillos que se van reinventando. Otro problema es que hay muchas normas. Otro problema es que la Contraloría no es el órgano oportuno. Otro problema es que no hay transparencia en contratación y concursos. En fin…

¿Cómo puede ayudar la digitalización en este camino por lograr la transparencia?

Bueno, se puede empezar por no tener miedo a la digitalización. Nosotros [CPA] con eBIZ estamos haciendo un esfuerzo para llevar un software para entidades públicas en contrataciones menores a 8 UIT y lo primero que encontramos es temor. Ya sea por ignorancia o desconocimiento ante la tecnología o por temor a que se descubran las prácticas indebidas, muchos prefieren hacerlo todo manual. “A la segura”, nos dicen. Tenemos que empezar por perder el miedo a esa tecnología que ofrece transparencia.

¿Cuál es el camino entonces? ¿un cambio cultural? ¿el cambio estructural? Son muchas cosas. Por ejemplo, en Hong Kon se venció la corrupción con una entidad que se dedicaba 24×7 solo a eso. Implicaba testear normas legales buscando no solo la punición sino la prevención. Generar investigaciones y cortar cabezas. Y educar, algo que acá no se ve aún. Estamos postergando el tema. Al final del día, si pensamos que la lucha contra la corrupción es solo un fin y no un medio, estamos perdidos.

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